Perdido, entre el amor y ella,
entre lo que siento y lo que necesita,
entre hablar y callar.
Así me siento, cada vez que la conozco
más la quiero,
cada minuto que la veo, su belleza es
mayor.
Podría estallar una guerra, que si me
lo pide me presento en línea de batalla, por ella.
Es mi musa, es mi sueño, es mi amiga.
La quiero como amiga, la amo como más.
La veo sonreír y mi día es pleno.
La veo llorar y se me cae el mundo.
Me habla de otros y me muero.
Todos saben, todos te aconsejan, todos
te protegen.
No te precipites, díselo, calla,
olvida...
Todos sabemos cuando no es nuestro,
Todos opinas de lo de otros.
Ella está incrustada en lo hondo de mi
ser,
Es mi alma y mi todo.
Cada minuto a su lado es para mi una
eternidad.
Acariciar su mano, un pecado dispuesto
a cometer,
Mirar sus ojos, es conocer su alma,
Mirar su rostro, conocer lo que otros
ven, pero querido amigo, ella no es eso.
Y ¿Qué es ella?
Ella es locura y cordura,
dulzura y enfado,
alegría y pena,
fuerza y debilidad,
amor y desilusión,
energía y agotamiento.
Dos caras de la misma moneda,
dos visiones de una persona completa.
Que ahora te ríe y luego te llora,
que ahora te riñe y luego te abraza.
Esa locura que veo, la amo,
cuando no está, la extraño.
Es todo y nada,
Es al fin y al cabo,
Ese alma soñada.